Dos lacres para una añada de precoz maduración que muestra una excelente y elegante madurez gran riqueza aromática y una excelente armonía de sensaciones. Un Pintia potente y estructurado que no descuida finura y delicadeza. Con dulce y noble expresión tánica se ve arropado por una buena acidez. Tras su aparición con la añada 2001 y con un histórico de lacres envidiable Pintia sigue haciendo honor a su razón de ser y a su casa demostrando que no es flor de un día si no un árbol en crecimiento. Un vino que aúna potencia y elegancia demostrando que la rusticidad de Toro si bien trabajada puede convertirse en finura la que sin lugar a dudas se ha conseguido con la ayuda del control de la temperatura en la fermentación y la excelente labor realizada con las maceraciones en frío. Un vino en el que amabilidad elegancia complejidad sutileza expresión y personalidad de una zona son los atributos que mejor le definen. Un vino que se ha convertido ya en una referencia que todos miran y en la que muchos se comparan cuyo posicionamiento de estilo y calidad viene a suponer una bocanada de aire fresco en el mercado. Dos lacres para un vino de creciente producción y precio.